Vayamos por partes: el de la foto es el fusil Vektor CR-21 (
Combat Rifle for 21 Century, o sea: Rifle de Combate para el siglo 21), creado en 1997, ofrece unas interesantes características propias de todo fusil bullpup (con el cargador detrás del pistolete). Aunque lo realmente destacable de esta arma es su relación calidad/coste, un tema importantísimo en un país con problemas financieros endémicos, como es Sudáfrica, de donde procede.
En 1997 la Fuerza Nacional de Defensa de Sudáfrica (SANDF por sus siglas en inglés) hizo un llamamiento para modernizar sus fusiles de asalto R4 (y sus variantes R5 y R6). En esa ocasión Vektor presentó su CR-21 pero el programa fue cancelado por falta de fondos y Vektor metió su CR-21 en el congelador, excepto por unas pocas unidades que llegaron al mercado civil y que pueden verse en acción en algunos videos de youtube y en la película "District 9".
En 1999 Sudáfrica dió inicio al programa "African Warrior" para la modernización de sus FF.AA. Nico Ras (encargado del programa "African Warrior" en la empresa Armscor) fue entrevistado en 2008 y reveló algunos detalles. Dijo que, debido a razones económicas, el programa se estaba abordando en diferentes fases y en 2014 se iniciaría aquella en la que se modernizaría el equipamiento de infantería. Las condiciones que deberá cumplir el armamento de los soldados están en evaluación, pero ya han calculado que en 2020 un 50% de la población de Sudáfrica vivirá en ciudades densamente pobladas ya que tiene una tasa de crecimiento diaria de entre 3.000 y 5.000 personas. Eso obligará a contar con fusiles de asalto lo suficientemente compactos como para ser empleados con comodidad en entorno urbano, pero que dispongan de un buen alcance (entre 300 y 600m) por si deben ser desplegados en las afueras, donde aún vivirá el otro 50% de la población. Esos fusiles deben tener posibilidades de montar accesorios de puntería y vigilancia diferentes que puedan ser intercambiados según la naturaleza y el entorno de la misión. Debido a que se espera que la infantería se enfrente a una gran variedad de enemigos, desde milicias locales, ejércitos regulares vecinos, fanáticos religiosos, civiles descontentos, mujeres y niños soldado reclutados por señores de la guerra o mafiosos, etc. se ha hecho especial hincapié en el uso de aquellos dispositivos de puntería que mejoren la "Conciencia Situacional" (o sea: que permitan que los soldados controlen con mayor atención lo que ocurre a su alrededor), incluso se ha barajado la posibilidad de utilizar dispositivos de puntería que puedan usarse con ambos ojos abiertos. La necesidad de que los fusiles de infantería puedan ser utilizadas como armamento "no-letal" sin necesidad de recurrir a otro tipo de armas también se ha puesto sobre la mesa y se contempla el empleo de dispositivos "no letales" lanzados desde un lanzagranadas incorporado bajo el cañón o una suerte de "taser" montado en el soporte para bayoneta... y la propia bayoneta ya que Nico Ros no la considera un arma letal.
Y ahora viene la parte buena: el propio Sr. Ros asume que, por razones económicas, no se podrá adquirir un nuevo fusil de asalto, así que deberán adaptar los actuales R4, R5 y R6, que están en servicio en Sudáfrica, para que cumplan esos requerimientos.
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Vektor R4 con cargador de 50 municiones y bípode integrado para usarlo como ametralladora ligera. |
Ojo: esos fusiles no son para nada malos. Una de las cosas buenas de los "R" es su fiabilidad, recordemos que son copias locales, producidas bajo licencia, de los famosos fusiles israelíes IMI Galil ARM (R4), SAR (R5) y MAR (R6) de 5,56x45mm OTAN. Los Galil solo fueron adoptados por Israel en pequeñas cantidades porque coincidieron en el tiempo con varios lotes de M16 que el Tío Sam les vendía a precio de saldo.
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Arriba: carabina R5, versión recortada del R4.
Abajo: R6, versión muy recortada del R4. |
A su vez, esos ingenios israelíes, están basados en el sistema sobradamente fiable de los fusiles Kalashnikov, particularmente del AK-47, pero adaptados para disparar la munición estándar de la OTAN. Un defecto que suele achacársele a los Galil y, por ende a los "R", es su baja precisión comparada con otros fusiles de su época. Pero ese es un defecto propio del sistema Kalashnikov y no es realmente un problema si son usados por soldados con una pobre instrucción que tampoco podrían sacarle partido a un fusil más preciso.
Entraron en servicio en Sudáfrica en la década de 1980 y reemplazaron a los fusiles R1, R2 y R3, que son copias locales del belga FN-FAL.
Con todo esto en mente, me permito vaticinar que el CR-21 estará muy presente en Sudáfrica en un futuro. La principal razón para ello es que el CR-21 no es un fusil de asalto en si mismo, sino que es un marco plástico en el que se enfunda un R4 al que se le despoja de la culata, palanca de montar, elementos de puntería, tapa del cajón de mecanismos y se consigue dotarle de ergonomía, recortar su longitud en casi 30cm con respecto al R4 pero manteniendo su mismo alcance y precisión, añade un visor reflex con retícula iluminada por tritio de 1x aumento que permite apuntar con ambos ojos abiertos o, si se desmonta, un rail picatinny. Además, el guardamanos delantero es desmontable y permite acoplar un lanzagranadas con el que queda espantosamente feo como vemos en la fotografía de la derecha. En la culata lleva un kit de limpieza que nunca viene mal y, según dijo Vektor en su día, la bocacha del cañón reduce de tal forma el fogonazo que no se ve ningún tipo de destello aún por la noche y puede ser empleada para impulsar granadas. Pero la característica más interesante para un país empobrecido es justamente la posibilidad de reutilizar toda la infraestructura productora de armamento ligero con mínimas modificaciones o, aún más barato, transformar sus actuales fusiles R4 en CR-21 aprovechando todas las piezas de recambio disponibles, los cargadores (de 20 y 35 municiones) y la munición.
Por supuesto, no todo son ventajas. El CR-21 no es apto para tiradores zurdos y no tiene ninguna posibilidad de serlo, ya que es imposible cambiar de lado la ventana de expulsión de las vainas vacías sin modificar físicamente el cajón de mecanismos y el cerrojo del R4. Pero tranquilos: otros fusiles bullpup desarrollados desde cero (como el SA80/L85 británico o el SAR-21 de Singapur) que han tomado años de desarrollo y costado toneladas de dinero tampoco permiten ser empleados por tiradores zurdos. Otra pega es que el selector de tiro que permite disparar en modo semiautomático o plenamente automático queda embutido en la culata, muy cerca de la cantonera, en una posición bastante incómoda que limitaría la posibilidad de cambiar el modo de disparo en una situación de stress.
Vektor ha presentado algo más que un arma, ha demostrado que prácticamente cualquier fusil convencional puede ser modificado y adaptado para convertirlo en bullpup y disfrutar así de las principales ventajas de este tipo de armas pagando solo una fracción del coste que acarrearía desarrollar un arma nueva con esa configuración. Es obvio que este invento no le hará mucha gracia a las principales compañías de armamento, pues obtienen más beneficios en desarrollar, vender y mantener un arma nueva antes que un armazón plástico. Los países emergentes deberían tomar nota. Si bien no hay noticias frescas sobre el CR-21 ni sobre el programa "African Warrior", circulan algunos rumores en la red indicando que Vektor creó una versión más corta del CR-21 que permite convertir las carabinas R5 en bullpup. También se dice que a principios del año 2012 la SANDF solicitó a Vektor 100 unidades de CR-21 para ser probadas por efectivos de las Fuerzas Especiales Sudafricanas y que, en base a esas pruebas, Vektor está rediseñando el CR-21 para mejorar sus puntos flacos. El tiempo dirá.