domingo, 4 de noviembre de 2012

FLiegerAbwehrKanonen 18/36/37

La ofensiva de la FEB retrasó el avance alemán y permitió la
evacuación de Dunkerque.
La cosa no pintaba bien para el GeneralMajor Erwin Rommel y su 7ª División Panzer aquella tarde del 21 de Mayo de 1940 cerca de Arrás. La Fuerza Expedicionaria Británica (FEB) con 5.000 hombres y 74 carros de combate acantonados en el pueblo lanzó un feroz ataque en dirección sur contra el flanco de las columnas alemanas que avanzaban hacia Calais y Boulogne amenazando con cortar las líneas de comunicación y suministros con Inglaterra, además de separar a sus efectivos del grueso de los ejércitos franceses que operaban más al sur. El objetivo de la FEB era detener o ralentizar el avance alemán en suelo francés, así que avanzaron implacablemente sobre las fuerzas alemanas. Tal fue la contundencia del ataque que el propio Rommel escribiría un informe tras la batalla en el que aseguraba haber sido atacado por centenares de carros de combate. La FEB avanzó incluso sobre el famoso Regimiento Mecanizado SS "Totenkopf" (luego se convertiría en División) que con sus cañones anti-tanque PaK 36/37 nada podían hacer contra el grueso blindaje de los carros británicos Matilda, los Panzer II y III tampoco eran rivales para aquellos pesados carros. Rommel comprendió que debía detenerse a los británicos a cualquier precio así que, en una maniobra desesperada, ordenó que su artillería de campaña de 105mm y sus cañones antiaéreos de 88mm se desplegaran en una línea defensiva e hicieran fuego sobre los enemigos que avanzaban. Y fue en ese momento cuando el Flak 18, un pesado cañón antiaéreo, ganó su fama como arma antitanque. Capaz de hacer fuego directo con precisión más allá del alcance de los carros que batía. Empleando munición perforante contra vehículos y de alto explosivo contra la infantería, los "acht-acht" ("ocho-ocho" en alemán) detuvieron en seco a la FEB. Cuando la Lufftwaffe llegó al campo de batalla Rommel se decidió a lanzar un contra-ataque, pero eso ya es otra historia. 

El BAK de 37mm sobre su carruaje, salir a perseguir globos
debió ser toda una experiencia.
Los orígenes del Flak 18 se remontan a 1870, durante la guerra franco-prusiana, las fuerzas germanas tras capturar a Napoleón III cercaron París esperando a que los parisinos se rindiesen. Los franceses cercados se organizaron en una comuna y empezaron a utilizar globos aeroestáticos para saltarse el cerco, cosa que lograban con cierta facilidad dado que las armas de la infantería carecían de alcance para darle a los globos y los cañones, además de ser muy lentos en recargar, no podían ser apuntados en ángulos superiores a los 15º (en el mejor de los casos)... hasta que apareció Alfred Krupp con un interesante invento denominado BAK (Balon Abwehr Kanone = Cañón Anti-Globos), disparando municiones de 37mm y montado sobre un carruaje tirado por caballos debería ser capaz no solo de dispararle a los globos sino también de perseguirles a campo traviesa hasta derribarlos. El arma resultó ser muy útil, hasta que los franceses se avivaron y empezaron a usar sus globos por la noche. A los alemanes (a esas alturas muchos estados alemanes se habían unido a Prusia) no les quedó más remedio que cañonear París hasta que, finalmente, capituló. Desde ese momento y hasta el final de la Gran Guerra, Alemania tuvo superioridad en lo que a medios antiaéreos se refiere, gracias a varios diseños de Krupp y Rheinmetal de calibres cada vez más grandes hasta alcanzar los 7,7cm. De hecho, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Alemania era la única que disponía de cañones antiaéreos. Tras la derrota se le impusieron a Alemania severas restricciones en cuanto a la creación de armamento, así que varios ingenieros de Krupp viajaron a Suecia donde colaboraron con la empresa Bofors en el desarrollo de un nuevo tipo de cañón derivado del BAK. Como durante el siglo XX no solo los globos volaban, los nuevos ingenios de Krupp recibirían el nombre de "FLiegerAbwehrKanonen" (cañón antiaéreo o "FLAK", para abreviar) y llegarían a tiempo para participar del rearme promovido por Hitler.


Miembros del Ejército Nacional posando junto a un Flak 18.
La Batalla de Arrás no fue la primera en la que se empleó el Flak 18 como arma anti-carro y mucho menos la última. La referencia más antigua a ese respecto corresponde a la Guerra Civil Española, más precisamente durante la Batalla del Ebro acaecida entre Julio y Noviembre de 1938. Los Flak 18 de la Legión Cóndor dieron satisfactorios resultados al ser empleados contra los T-26 y otros vehículos blindados del bando republicano, además de contra la aviación, claro. Con la experiencia ganada en España, la empresa alemana Krupp desarrolló un modelo mejorado conocido como Flak 36 y, a la postre, también un Flak 37.

Tras su actuación en la Op. Goodwood, el
Mayor Von Luck fue condecorado y ascendido.
Una de las anécdotas más pintorescas relacionadas con el uso del "88" ocurrió en Bourgebus, un pueblo a unos 7kms al sureste de Caen, en Francia, durante la operación Goodwood el 18 de Julio de 1944. Tras el desembarco de Normandía las fuerzas aliadas penetraban en forma lenta pero inexorable en territorio francés, el 9 de Julio lograron hacerse con Caen después de un prolongado bombardeo y su plan era continuar hacia Paris. El Mayor Hans von Luck volvió a Bourgebus tras un permiso de tres días solo para encontrarse con lo que había quedado de su unidad tras toda una noche de intenso bombardeo, prácticamente no le quedaban blindados. El bombardeo nocturno fue la preparación para que, al amanecer, la 11ª División Blindada británica avanzara desde Caen hacia Cagny, arrollando a su paso las castigadas defensas del I Batallón del 125º Regimiento de Panzer Grenadiers. Se cuenta que von Luck, vió que sus hombres no podrían detener a los blindados británicos así que se dirigió hacia una batería de 88mm de la Luftwaffe que había divisado en las cercanías cuando regresaba de su permiso y le ordenó al capitán a cargo que moviera sus flak hasta una posición desde la que podría atacar a los carros británicos desde el flanco, a lo que el oficial se negó ya que sus órdenes eran permanecer atento y detener cualquier incursión aérea aliada. En ese momento el Mayor Hans-Ulrich von Luck und Witten desenfundó su pistola y apuntándole al capitán le dijo: "...puedes ser un hombre muerto o ganar una medalla...". Antes de caer la noche, la batería de cuatro flak "88" de la Luftwaffe, un carro Tiger y un cañón anticarro supervivientes de la unidad de von Luck habían destruído 40 blindados británicos. Los "88" habían sido decisivos, aunque fue un grave error por parte de los británicos haber lanzado un asalto solo con blindados, sin apoyo de la infantería.

Un tanque Sherman tras encontrarse de frente con un "88".
Los "88" son recordados por multitud de relatos y crónicas como las anteriores, pero donde realmente brillaron fue en el norte de África en manos del Deutsche Afrika Korps (DAK). Debido a la geografía europea era difícil que un "88" debiera hacer fuego sobre un carro enemigo a más de 1.000 metros, pero en el terreno llano africano (y también en la estepa rusa) demostró que era capaz de poner fuera de combate a cualquier carro aliado a distancias de hasta 2.000 metros. En un principio los carros de combate británicos estaban armados con cañones de 40mm (o de "2 libras", como les llamaban los ingleses), inefectivos a distancias superiores a los 1.000 metros. Aunque su tamaño y sus requerimientos de transporte le restaban utilidad en batallas de alta movilidad como las que debía afrontar el DAK, cuando se disponía de tiempo suficiente para preparar las posiciones y "enterrar" las piezas de forma que solo sobresaliera el cañón a ras del suelo los resultados eran demoledores. Pueden dar fe de ello los británicos que, durante la operación "BattleAxe", sufrieron cuantiosas pérdidas a la sombra de la cota 208, en Julio de 1941.

Disparo nocturno sincronizado.
Un sencillo pero eficaz sistema de recarga permitía a los Flak 18/36 y 37 realizar entre 15 y 20 disparos por minuto. El cañón disponía de un cierre horizontal semiautomático que se cerraba al cargar el cartucho en la recámara y, tras el disparo, expulsaba la vaina vacía quedando preparado para introducir otra munición. El retroceso era absorbido por un sistema de muelles hidroneumáticos montados paralelamente al cañón. La pieza podía ser apuntada manualmente o, a partir del modelo 37, a través de un "computador análogo" de puntería donde se introducían los datos de dirección y elevación provenientes del director de tiro o de una unidad llamada Kommandogerät (o "predictor") que sincronizaba el fuego de hasta 18 piezas disparando patrones rectangulares que formaban una auténtica manta de metralla en el cielo. La munición antiaérea disponía de una espoleta de tiempo que se configuraba introduciendo la punta del proyectil en un "puerto" específico del propio computador de tiro de la pieza, en versiones más modernas ese orificio se encontraba junto a la rampa de alimentación, por lo que la cadencia de tiro aumentaba ligeramente. El Flak 18 sufría de un problema de desgaste en la zona inmediatamente siguiente a la recámara tras un uso prolongado, por lo que debía sutituirse el cañón al completo. El Flak 36 tenía el cañón dividido en tres segmentos que permitían cambiarlos independientemente cuando fuera necesario, el Flak 37 tenía el cañón dividido en solo dos segmentos.

-Oye Fritz, ¿has visto el bronceador?.
-Hans, tenemos un 88, si el sol nos quema lo derribamos y listo.
Como todo invento exitoso, del "88" se hicieron gran cantidad de versiones y también sirvió de base para desarrollos más específicos. El cañón de carro de combate KwK 43 de 88mm es esencialmente un cañón flak adaptado para su utilización en los carros pesados PzKpfw VIB "Tiger II" y el cazacarros "Ferdinand". El PaK 43 es un cañón anticarro basado también en los "88". Los Flak 18/36 y 37 eran tradicionalmente remolcados por semiorugas, pero se ensayaron diversas variantes autopropulsadas. La Kriegsmarine equipó a varias naves ligeras y a algunos U-Boote con ese cañón para ser usado como arma de superficie contra barcos o contra estructuras costeras, la Lufftwaffe montó uno de esos en un avión He-177 para usarlo contra buques pero tras comprobar que el avión casi se desintegra tras el primer disparo de pruebas abandonaron la idea. Al final de la guerra la táctica de bombardeos aliada consistía en lanzar bombas sobre ciudades Alemanas, hora tras hora, hasta reducirlas a escombros, entonces se montaron "88" en vagones de tren que se desplazaban rápidamente hacia las zonas atacadas. Cuando la invasión de Alemanía era una realidad palpable Adolf Hitler mandó construir  8 "Flaktürme" ("torres flak") en las principales ciudades (Berlin, Hamburgo y Viena para ser exactos), se trataba de altas torres de concreto cuyas paredes podían alcanzar hasta los 3,5 metros de espesor y en sus alturas se colocaban armas antiaéreas varias, entre ellas los "88". También alojaban suministros, armas y medicinas para ser usados como búnkers en caso de invasión o como refugios antiaéreos en caso de bombardeo. Las "Flaktürme" de Berlín fueron las últimas en caer tras el ataque soviético.

Un Flak 18 del DAK. Una dotación entrenada podía deshacerse
de las ruedas y dejarlo en posición de tiro en solo 20 segundos.
Los Flak 18/36 y 37, que se mantuvieron en uso durante toda la guerra, eran excelentes armas anti-carro, anti-estructuras e incluso anti-infantería... un soldado australiano entrevistado por un corresponsal de guerra dijo que "...los 88 son armas 'anti-todo'". No todo eran ventajas, como arma anti-aérea eran bastante mediocres si se las compara con las de sus enemigos. Solo se salvaban gracias a la eficiencia de sus dotaciones, pero una vez que el III Reich empezó a  desmoronarse las dotaciones experimentadas fueron enviadas como infantería al frente y reemplazadas por jóvenes imberbes, ancianos decrépitos y amas de casa... entonces saltaron a la vista las deficiencias del "88" en el rol para el que fueron diseñados. Circulan por la red unas estadísticas de dudosa procedencia indicando que al principio de la guerra se calculaba que por cada bombardero aliado derribado se habían disparado algo así como 3.343 proyectiles de 88mm, mientras que para 1944 la cantidad de disparos necesarios para derribar un solo bombardero ascendía a 33.500.

Los "88" alemanes han pasado a la historia como una de las armas más emblemáticas y omnipresentes del III Reich, sin embargo esa fama no se debe solo a una sólida ingeniería sino, más bien, al uso que algunos osados oficiales alemanes les dieron en el campo de batalla. La última vez que los "88" alemanes fueron disparados contra un enemigo fue en la década de 1990, durante la guerra civil yugoeslava. Como sea, el acrónimo alemán "Flak" es mundialmente utilizado en la actualidad para denominar cualquier arma o proyectil antiaéreos no guiados.

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